Gustavo Gutiérrez sigue comprendiendo que lo más bello es regalar ternura

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Para sentarse a escribir sobre Gustavo Enrique Gutiérrez Cabello, cuando su vida se asoma a los 86 años, es necesario poner a cabalgar lentamente las palabras para que las arrope la poesía, apareciendo aquellos versos sensibles que pulió desde su juventud estando untados de melodías logrando nacer bellas canciones. Eso es lo que se llama un milagro dirigido desde el corazón del alma.

Ahora, ‘El Flaco de Oro’ poco habla, más medita porque su experiencia lo ha puesto a sentir de cerca el cariño de su pueblo donde la brisa fresca del ayer y ese glorioso canto ‘Rumores de viejas voces’, ganadora del Festival de la Leyenda Vallenata en 1969, lo hacen darle gracias a Dios por haberle concedido el talento justo a sus pretensiones.

En aquella ocasión cantó. “Recuerdo aquellas mañanas que por las calles se oían venir, canciones que con sus versos que al despedirse querían decir. Rumores de viejas voces, de su ambiente regional, no se escucharán los gozos, de su sentido cantar. Ya se alejan las costumbres del viejo Valledupar, no dejes que otro te cambie el sentido musical”.

Es así como por la vida del cantautor Gustavo Gutiérrez Cabello, navega una pesada carga de nostalgias, unida a todos los recuerdos de sus días de parrandas y de las historias de ese amado Valledupar que lo hicieron inspirar. En ese recorrido del sentimiento aparece la frase: “Gustavo Gutiérrez canta en Valledupar cuando sale el sol, nada compara ese encanto solo tu mirar, divino mi amor”.

Esa frase hace parte del vestido de la canción ‘Confidencia’, la misma con que comienza cada una de sus presentaciones en distintos escenarios. Eso lo conllevó a darle rienda suelta al pensamiento donde los besos de todos los días conformaron la más grande cadena de amor. Entonces fue más allá, pidiendo que esos besos fueran hasta la hora de la muerte.

Gustavo Gutiérrez con sus versos nunca engañó a nadie, sino que buscó las mejores estrategias para armar el crucigrama del encanto y envolver en un canto la sensibilidad de la vida. Esa vida que dibujó a su manera teniendo los hechos calcados en su memoria.

A lo anterior le añadió nobleza, talento, carisma y sus deseos de que Valledupar volviera a ser ese remanso de dicha y paz, amenizado con un acordeón o una guitarra, teniendo a su lado una voz romántica.

Es así como la canción ‘Confidencia’ daba y daba vueltas por el entorno y había que aterrizarla para contar su historia, donde no se medía la distancia porque el camino era largo hasta que llegó a morir en el silencio de un dolor en lejanía. Después, en ese mismo entorno nacieron ‘La espina´ y ‘Ensueño’. Él no se volvió a encontrar con la protagonista, pero al tiempo direccionó su corazón naciendo otras canciones ostentando el título de romántico y soñador. También, el sol del amor le resplandeció y atrás quedó el alma herida de aquel hombre solitario.

Así es. Todo sucedió allá por Valledupar donde se escuchaba un lamento triste y la noche era larga, pa’ sollozar. A él, los destellos del amor lo fueron acostumbrando a encontrarse con las penas y a conocerlas, pero también pudo borrarlas como lo hace la lluvia con las huellas.

Desde aquella ocasión el corazón de ‘El Flaco de Oro’ se enamoró mil veces para que los versos pudieran ser guiados por el viento, llegando a un bello paisaje de sol. Es más, se regresó al pasado y notó como las costumbres se iban muriendo en el recuerdo, y entonces las enmarcó en esa nostalgia del viejo Valledupar.

En un instante de su trasegar por la vida vallenata hizo un alto en el camino y dejó de componer, hizo más de 100 canciones, pero no de cantarlas porque ellas siguen siendo guiadas por su sentimiento. Ahora, los recorridos son cercanos, pero su voz tiene el encanto del hombre que libró diversas batallas dibujadas en versos teniendo mil razones y la guitarra, su eterna compañera. Evocando más recuerdos mencionó el momento más emotivo de su carrera, al recibir el homenaje que le tributó el Festival de la Leyenda Vallenata en el 2013. “Algo maravilloso que me llenó de alegría la vida al premiar mi talento y entrega a la música vallenata”.

 

Dejando mi huella

Cuando los días avanzan Enrique ‘Kike’ Gutiérrez, hijo del maestro Gustavo Gutiérrez, en días pasados lo sorprendió al entregar la producción musical ‘Dejando mi huella’, donde aparecen 17 canciones de su autoría.

“Quiero dar a entender que tengo casta musical y también seguir la línea de mi papá. Es el más bello homenaje al poeta y soñador que siempre he tenido en casa, y que me enseñó a amar la música vallenata. Es una gran responsabilidad continuar con su legado. Él está muy feliz con este proyecto musical que se encuentra en las distintas plataformas digitales”, expresó ‘Kike’ Gutiérrez.

Al cierre de la historia el poeta sonrió logrando navegar por el caudaloso río de la alegría, donde descubrió que la esperanza tiene forma de canto, el cual se sobrecogió ante su presencia. Felicitaciones maestro y siga regalando ternura, aunque no es fácil emularlo cuando el corazón se desgaja lentamente, el peso del destino sobrepasa la barrera del adiós y por las manos desfilan dos aves que llenan los ojos de aquella locura feliz.

Paremos la poesía, porque mañana vuelve a salir el sol mostrando un mundo sin límites, donde la música hidrata el pensamiento y los versos del maestro Gustavo Gutiérrez, se arropan con las sábanas de la vida.

 

Regresó el famoso canto: ‘Yo soy Mundial como mi Selección’

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Cantemos con alegría que se oiga una sola voz que viva la patria mía, que viva la Selección. Como buenos colombianos tenemos que respaldar a nuestro seleccionado que jugará en el Mundial”.

“Gracias Diomedes por ese aporte musical para nuestra Selección”, fueron las palabras de Carlos ‘El Pibe’ Valderrama al escuchar en el año 1994 la canción ‘Yo soy Mundial’ que grabó Diomedes Díaz con Juancho Rois, en la producción discográfica ’26 de mayo’.

La canción en corto tiempo se convirtió en un himno y vuelve a escucharse con mayor furor al combinado colombiano clasificar al Mundial de Canadá, México y Estados Unidos 2026.

Diomedes Díaz era un amante del fútbol y tenía como sus equipos preferidos a la Selección Colombia y al Junior de Barranquilla. Siempre hacía mención de ellos, incluso asistía al estadio Metropolitano ‘Roberto Meléndez’. ‘El Cacique de La Junta’, tuvo gran amistad con muchos futbolistas que hicieron parte de la Selección Colombia y hasta los nombraba en sus discos.

 

Historia de la canción

Cuando la selección Colombia que dirigía Francisco ‘Pacho’ Maturana había adquirido su boleto para estar en el Mundial de Estados Unidos, le hicieron la mencionada canción en ritmo de tamborera que tuvo tres autores, y al final el que más aporte le hizo figuró como compositor. Esto de común acuerdo.

La historia la cuenta el locutor y presentador Jaime Pérez Parodi. “Íbamos en el bus a realizar una presentación y de un momento a otro el acordeonero Juancho Rois y el bajista Rangel ‘El Maño’ Torres, armaron una recocha musical con versos dedicados a la Selección Colombia. Diomedes, al oírlos le gustó y armaron la canción en poco tiempo”.

Siguió recordando esos instantes de mucho sabor musical. “Creía que la canción se había hecho en recocha, pero se la tomaron en serio y la grabaron con el resultado que todos conocen. Se pegó de inmediato e incluso Juancho Rois, decía que esa era la fórmula para que Colombia fuera campeona del mundo”.

De esta manera, la obra que aparece como de la autoría de Diomedes Díaz, se convirtió en interpretación obligada en todas las presentaciones de la agrupación, además los jugadores y el cuerpo técnico enviaron los agradecimientos.

Jaime Pérez, de memoria, citó a algunos de los jugadores a los que les fue dedicada esa canción. Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, Óscar Córdoba, Andrés Escobar, Alexis Mendoza, Luis Fernando Herrera, Hernán ‘Carepa’ Gaviria, Gabriel Jaime ‘Barrabas’ Gómez, Antony De Ávila, Harold Lozano, Iván René Valenciano, Adolfo ‘El tren’ Valencia, Faustino Asprilla, Farid Mondragón, Néstor Ortiz, Leonel Álvarez, Luis Carlos Perea, Víctor Hugo Aristizábal, Mauricio ‘Chicho’ Serna’, Serna, Fredy Rincón, Oscar Cortés, Wilson Pérez y José María Pazo.

Al final conceptuó Jaime Pérez Parodi. “Diomedes en cada ocasión que interpretaba la canción tenía un bailaito particular. Nos hacía reír, ni que decir de ‘El gran Martín Elías’ que por estos días estuviera loquito de la alegría, y dispuesto a irse a ver a su querida selección al Mundial que se llevará a cabo el próximo año”.

 

“Es que Colombia, es Colombia”, Martín Elías

Después de 19 años de haber sido grabada por su padre la canción ‘Yo soy mundial’, ‘El gran Martín Elías’ Díaz, retomó la canción para avivar el sentimiento patrio por la Selección Colombia. Esa vez camino al Mundial de Brasil. Lo hizo acompañado del acordeonero Juancho de la Espriella. La canción se grabó en Valledupar y su lanzamiento se hizo el 29 de agosto de 2013, pegando de inmediato.

Esa historia la cuenta el acordeonero Juancho de la Espriella. “Como todos saben Martín Elías era un afiebrado por el fútbol y más por la Selección Colombia, donde todos los jugadores eran sus amigos. Se empecinó en grabar ‘Yo soy mundial’, y así se hizo”.

Enseguida entró el acordeonero a poner de su parte y al lado de Martín Elías, hicieron algunos cambios en la letra, en los arreglos y en los nombres de los jugadores. “Esa fue la sensación y se sentía en todo el trayecto de la canción el amor de Martín Elías por la Selección. En una de las animaciones, dijo. “Es que Colombia es Colombia mi tierra querida y bonita”. Recordar ese momento me dá mucha nostalgia porque tanto el papá como el hijo, no están para ser testigos de una nueva cita mundialista”.

Llegar a esa instancia no fue nada fácil. Nunca la fe había hecho un gol y con la Selección Colombia se logró, y hoy al llegar la calma todo un país celebra. “Me da alegría porque la canción en ambas versiones regresó para celebrar este acontecimiento que llena de orgullo a todos los colombianos”, cerró diciendo Juancho de la Espriella.

Se vive nuevamente un momento glorioso al estar Colombia clasificada al Mundial de Fútbol y la canción sigue sonando como agradecimiento a este puñado de jugadores que con disciplina, unión y talento entregaron hasta el alma por un país que necesita de esta clase de alegrías, teniendo un balón al lado del corazón.

Capitán James Rodríguez, las gracias de Colombia son más grandes que los cantos vallenatos, que el grito del primer gol ante Bolivia y de la emoción que regala el alma cuando se despierta en el centro del campo. “Ae, ae, ae, ao Colombia se sobró. Yo soy Mundial, yo soy Mundial como mi Selección”.

¡Estos son los ganadores de la edición 38 del Festival de Música Vallenata en Guitarra!

A través de sus redes sociales, el 38 Festival de Música Vallenata en Guitarra publicó el listado de los ganadores de esta edición en las diferentes categorías.

“Su talento, disciplina y amor por nuestra cultura hicieron vibrar a Codazzi, demostrando que la música en guitarra sigue siendo el alma de nuestras tradiciones”, se lee en el comunicado oficial.

🏆 Tríos Categoría Infantil

1️⃣ Trío Fuerza Musical – Codazzi
2️⃣ Trío Nueva Generación – Codazzi
3️⃣ Trío Cuerda Viva – Codazzi

🏆 Tríos Categoría Juvenil

1️⃣ Trío de Oro – Codazzi
2️⃣ Trío Alma Vallenata – Codazzi
3️⃣ Trío Olimpo – Codazzi

🏆 Tríos Categoría Aficionado

1️⃣ Trío Hermanos Durán – Ciénaga
2️⃣ Trío Impacto – Codazzi
3️⃣ Trío Caribe – Ciénaga

🏆 Tríos Categoría Profesional

1️⃣ Trío Tairona – Ciénaga
2️⃣ Trío Con Sentido de Pertenencia – Ciénaga
3️⃣ Trío Los Cardenales – Barranquilla

🎼 Canciones Inéditas

🥇 “Camino al pueblo” – Autor Alfredo Barreneche (Codazzi)
🥈 “Tren de la felicidad” – Autor Alexander Vásquez (La Jagua de Ibirico)
🥉 “Eso no es pa’ cualquiera” – Autor Ricardo Paul Pacheco (Cartagena)

Gobierno del Cesar entregó 20 acordeones al rey vallenato Iván Zuleta para niños de escasos recursos

Con una firme apuesta por el fortalecimiento del folclor y la transformación social a través de la cultura, el Gobierno del Cesar, liderado por la gobernadora Elvia Milena Sanjuan Dávila, hizo entrega de 20 nuevos acordeones al rey vallenato profesional 2025, Iván Zuleta, como respaldo a la iniciativa que el artista viene liderando desde que recibió la corona: recolectar instrumentos para niños con talento, pasión, de escasos recursos.

Con esta donación, la meta propuesta de reunir 50 acordeones ha sido superada, llegando a un total de 60, los cuales serán entregados por Iván Zuleta a niñas y niños que cumplan con criterios definidos: deben tener habilidades básicas para tocar el instrumento, demostrar compromiso y, sobre todo, ganas de salir adelante.

“En cualquier pueblo puede nacer un rey”, aseguró Iván Zuleta durante el acto de entrega, en el que entre versos y palabras sentidas agradeció al Gobierno del Cesar por sumarse a esta causa que ya ha tocado corazones y voluntades en todo el país.

“Voy a ser muy riguroso con la entrega. Quiero que estos acordeones queden en las manos correctas, en manos que realmente los valoren y los conviertan en un camino de vida”, afirmó el artista.

Por su parte, la gobernadora, Elvia Milena Sanjuan, destacó que esta entrega es reflejo del compromiso de su administración con la identidad cultural del Cesar: “Esta es la mayor riqueza que tenemos. Y estoy convencida de que apoyar esta causa es sembrar esperanza, preservar el legado vallenato y asegurar que nuestra música siga inspirando a nuevas generaciones”.

El presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata también estuvo presente en el evento, realizado en el edificio de la Gobernación del Cesar, y reconoció esta donación como una de las más significativas para el folclor.

Todas estas acciones, que apuntan a fortalecer el vallenato desde las bases, quedarán resguardadas en el Centro Cultural y de Convenciones de la Música Vallenata, CCMV, un espacio que abrirá sus puertas y será el nuevo templo del vallenato. Hoy el folclor está más vivo que nunca, y su futuro ya tiene un lugar seguro.

El Gobierno del Cesar cree, protege y promueve la cultura como camino para construir sociedad.

El compositor Wiston Muegues se fue a cantarle ‘La novia del Valle’, a Consuelo Araujonoguera

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Cuando la mañana del miércoles 16 de julio de 2025 en Manaure, Cesar, todos se preparaban para asistir a la misa y procesión de la Virgen del Carmen, patrona de esa tierra, se corrió de manera rápida, así como una canción en aire de puya, la noticia sobre la muerte del compositor Wiston Muegues Baquero, hiriendo de inmediato el alma del folclor vallenato. La razón, lo traicionó el corazón, ese al que le cantó infinidad de veces.

Wiston tuvo dos grandes títulos: docente y compositor costumbrista dedicándose a esculcar el alma de los pueblos con sus historias, tradiciones, jocosidades y personajes para llevarlos a cantos sencillos con su propio sello, alcanzando honores en 113 festivales vallenatos a lo largo y ancho del país. En el Festival de la Leyenda Vallenata ganó en dos ocasiones, años 1999 y 2001, con las puyas ‘Los barrios del Valle’ y ‘La estratificación’.

Él inició a componer canciones cuando tenía 11 años, pero su interés de ser compositor no tuvo el visto bueno de sus padres Ángel Muegues Salas e Hilda Baquero Romero, los cuales al final ante la insistencia del muchacho lo apoyaron. El argumento principal era que por sus venas corría sangre musical, heredada de su tío Juan Manuel Muegues y de sus parientes Emiliano Zuleta Baquero, Ovidio Romero, ‘Toño’ y Simón Salas.

En el año 1988, a la edad de 30 años, ganó el primer concurso en el Festival del Fique de La Junta, La Guajira, con la canción ‘A cambio de tu amor’. Dos años después obtuvo el triunfo en el Festival Tierra de Compositores de Patillal y continuó con el Festival Ornamental de Versos y Guitarras de Manaure, Cesar. También ganó en el Festival Vallenato de Monterrey, México, donde mandó una canción. Después, cosechó grandes triunfos llevando sus cantos untados de historias pueblerinas y con la autenticidad que siempre lo caracterizó.

Todos reconocían que sabía dar en el clavo, recibiendo los aplausos y el mejor puntaje de los jurados. Muchas veces los concursantes llegaron a preguntar si se había inscrito Wiston Muegues. El compositor también aficionado a los gallos, sonreía y pedía hacer canciones con el mayor sentido de pertenencia, contar hechos de verdad y no echar mentiras cantadas. Era un compositor descriptivo que narraba lo sencillo y a lo que nadie pensaba tendría excelente resultado, siendo un especialista en poner a llorar o sonreír de acuerdo al tema tratado.

La preparación festivalera de Wiston Muegues era otra historia. Después de tener la canción escogida convocaba al cantante para que se la aprendiera y hasta ensayos hacía. A él en los distintos concursos le cantaron sus canciones Jimmy Murgas, Rafa Pérez, los hermanos Carrascal, Luis Carlos Martínez, su hija Jadith Muegues y William Felizzola, quien muchas veces fue el encargado de cantar las puyas.

‘La novia del Valle’

La canción ‘La novia del Valle’ tenía para Wiston Muegues un significado especial porque la hizo estando recluido en una clínica recuperándose de un derrame cerebral, y además era el mejor homenaje a la mujer que se la jugó por el folclor vallenato y ganó. Se trataba de Consuelo Araujonoguera.

Precisamente, en el año 2001 Wiston Muegues compuso dos canciones. El paseo ‘La novia dl Valle’ y la puya, ‘La estratificación’. Ambas las inscribió en el Festival de la Leyenda Vallenata y al final ganó la segunda. Él se alegró, pero no quedó satisfecho.

En aquella ocasión Wiston Muegues, expresó. “Mi canción ‘La novia del Valle’ fue mi regalo para ‘La Cacica’, no con el ánimo de ganarme un premio, sino para decirle lo mucho que la queríamos y agradecerle su entrega al folclor vallenato. Además, ella significó mucho para nuestra música y como ella no habrá ninguna más”. Al año siguiente esa canción la grabó Jorge Oñate”.

Los vallenatos quedamos en mora de hacerle un homenaje a la señora, que fuera en vida ‘La novia del Valle’, lleva en el alma este folclor tan bello, lo recibió cuando era pequeño, le dio su vida hasta volverlo grande. Quién va a negar que ella luchó con tesón y orgullo hasta lograr que se le abrieran las puertas del mundo a la música vallenata. Cumplió su misión. Si Esthercita Forero es ‘La novia de Barranquilla’ Consuelo ‘La Cacica’ es ‘La novia del Valle’.

Después de narrar el origen de ese canto, tomó nuevamente la palabra para hacer una petición. “Quiero solicitarle comedidamente a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata que me cambie la puya ‘La estratificación’ por el paseo, ‘La novia del valle’, y la declare ganadora del concurso de la canción inédita vallenata del año 2001”.

En medio de las añoranzas la cantante Jadith Muegues, a quien su papá le hacía escuchar sus canciones, muy compungida, expresó. “Mi padre, fue mi gran referente musical para inclinarme por el canto. Lo veía componer chiflando y cantando acostado en una hamaca. Después de hacerlo pedía un cuaderno para escribir la letra de la nueva canción. También nos consultaba sobre cómo nos parecía. Él me compuso el paseo ‘La hija del folclor’, y eso me sirvió de gran estimulo. Su inesperada partida nos dejó un inmenso vacío que no hay como llenarlo”.

El compositor que siempre tuvo el cariño del pueblo, de sus paisanos y amigos, en su colección de triunfos solamente le faltó el título de Rey de Reyes de la Canción Vallenata Inédita del Festival de la Leyenda Vallenata, para poder cantar victoria y pudieran fluir más versos donde se contaran secretos escondidos en los laberintos de la vida, se derritieran verdades, se dibujaran costumbres y los sueños tuvieran regreso. Pero no, se fue a cantarle a Consuelo Araujonoguera su célebre canción ‘La novia del Valle’.

 

Ovidio Granados, siempre estuvo “Ensegundao” en el Festival de la Leyenda Vallenata

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

La noche del sábado siete de junio de 2025 fue gloriosa para Ovidio Enrique Granados Melo, quien conoce los acordeones hasta por dentro y les pone la tonalidad necesaria para que cumplan su objetivo. Todo un genio para arreglar acordeones.

“La gracia de Dios es grande y todo en su momento. Que mejor que sea en vida para alegrarme por este reconocimiento de Rey Vallenato Vitalicio, el cual agradezco a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Estoy feliz y este reconocimiento lo comparto con los seguidores de la dinastía Granados”, señaló el juglar nacido en Mariangola, Cesar.

Al preguntarle sobre lo que había pasado esa noche, agachó su cabeza, meditó un rato y estando en ese trance por su mente pasaron nostalgias primitivas que al fin y al cabo son el motivo de su vida. “Me acordé de tantas y tantas cosas y le dí gracias a Dios por darme el oficio más bello del mundo, ese que tiene música tocada con acordeón”.

Al tener el viento a su favor contó sobre su participación en el Festival de la Leyenda Vallenata, en los años 1968, 1975 y 1983, donde se coronaron como Reyes Vallenatos Alejandro Durán, Julio de la Ossa y Julio Rojas, respectivamente. “En esas tres ocasiones ocupé el segundo puesto”.

Entonces recalcó. “Después de eso me retiré de concursar porque siempre estuve ensegundao, bien ensegundao y corría el riesgo de que me cambiaran el nombre de Ovidio Enrique, por Ovidio Segundo. Claro, que al cabo de los años mi dinastía obtuvo diversos triunfos con mis hijos Hugo Carlos y Juan José, y mi hermano Almes. Entre ellos, hay dos Reyes de Reyes”.

Dentro del campo musical el maestro ‘Villo’ Granados, hizo su incursión en la pasta sonora con ‘Los Playoneros del Cesar’, y también al lado de Diomedes Díaz, grabando las canciones ‘Diana’ (Calixto Ochoa), ‘Las cosas del amor’ (Marciano Martínez) y ‘Palmina’ (Joaquín Bettín).

El taller

En un amplio kiosco de su casa ubicada en el barrio Los Caciques de Valledupar, tiene su taller de acordeones. Ese lugar, está adornado con muchos recuerdos fotográficos donde aparecen su fallecido hijo Eudes, a quien no se cansa de añorar y su fiel compañera Nidia Antonia Córdoba Cantillo, cuya partida todavía no asimila.

Ahora su hijo Ovidio Raúl, ‘Villito’, lo acompaña en la tarea de arreglar los acordeones, dando a conocer los elementos ocultos y descubriendo donde está el daño. Es interesante el trabajo de entrar al corazón de los acordeones lleno de aluminio, plástico y cartón.

Pausadamente Ovidio Granados, dijo. “Cuando se partía un pito no me gustaba tocar el acordeón y entonces venía la reparación. Antes, para arreglar un pito, uno se demoraba casi un día, ahora se hace en menos de una hora. Todo ha cambiado en ese sentido, menos el precio, que siguen siendo los mismos 20 mil pesos”. Soltó una corta sonrisa.

Consultado sobre la manera de arreglar los pitos del acordeón, habló lo necesario. “Les aplico el secreto y quedan bien. Si lo digo perdemos el trabajo. Vea, los únicos que saben ese secreto son mis hijos, especialmente Ovidio Raúl, quien me acompaña porque sabe limar las pequeñas lengüetas de metal para que al vibrar den el sonido perfecto”.

Enseguida, contó con alegría cuando hace algunos años estuvo invitado a la fábrica Hohner en Alemania, donde se maravillaron de su trabajo artesanal. “Que dicha ir allá para ver de cerca el proceso de hechura de los acordeones. El que comenzó a elaborar los acordeones (Matthias Hohner – 1857), nunca imaginó que en Colombia le íbamos a dar el mejor uso”.

 

Bendito vallenato

El desfile de acordeoneros por la casa de ‘Villo’ Granados nunca cesa. “Todos quieren que les ponga sus acordeones diez puntos, y cuando se acerca el Festival de la Leyenda Vallenata aumentan los compromisos.

De otra parte, el viejo ‘Villo’ siguió metido en el campo de los recuerdos y expresó que los mejores acordeoneros en todos los tiempos son Luís Enrique Martínez, Calixto Ochoa, Alfredo Gutiérrez y Emiliano Zuleta Díaz. Guardó silencio y entonces anotó. “A mis hijos Hugo Carlos, Juan José, y a mi hermano Almes, no los meto en esa lista porque tocan más bonito y son unos tigres”. La sonrisa no se hizo esperar.

Luego pasó a las canciones que más le llamaban la atención. Puso en acción su memoria y se quedó con tres. ‘Lirio rojo’ (Calixto Ochoa), ‘Inmenso amor’ (Armando Zabaleta), con la que aprendió a tocar el acordeón, y ‘El cachaquito’ (Miguel Yaneth).

Esta última obra nació en Mariangola, “El pueblo más bello del mundo”, afirmó. Siguió hablando bellezas de su pueblo que lo vió nacer hace 83 años. Enseguida comunicó que se siente orgulloso de ser el estandarte de la dinastía Granados, padre de 12 hijos, los cuales le han regalado 24 nietos.

Cuando estaba pendiente a otra pregunta, se le indagó por la canción de su autoría ‘El vicio’, anotando: “Ese merengue es el himno de la dinastía. Siempre se toca y gusta mucho”. Es así como en la canción ‘El vicio’ hizo una magnifica descripción. “Le vivo rogando a Dios que me dé una vida estable, para un hombre como yo, que no le hace mal a nadie. Soy un hombre humanitario a pesar que soy pobre, soy hijo de gente noble, distinguido y muy honrado”.

Definitivamente, la vida a Ovidio Granados vino envuelta en un cuerpo bueno, noble y que ha resistido los embates del tiempo para hoy cantar victoria, teniendo cerca un acordeón ese que conoce como la palma de su mano.

En Valledupar donde la música vallenata tiene raíces profundas, el sentimiento se viste de fiesta a finales del mes de abril y un abrazo llena el corazón, vive el juglar Ovidio Enrique Granados Melo, quien fue coronado como Rey Vallenato Vitalicio, honor que le mereció los más grandes aplausos, despertándole la felicidad.